El diseño de estas bodegas está inspirado en una cepa de vino, ya que los materiales utilizados dan la sensación de movimiento de estas cepas, y los tres colores hacen referencia a las botellas de vino de la marca: rosado como el propio vino, plata como la cápsula que envuelve el corcho y dorado como la malla que envuelve la botella.
La visita a las bodegas, nos permitió conocer de cerca el proceso de fabricación del vino.
En primer lugar recepcionan la uva, mayoritariamente de la variedad autóctona Tempranillo.
Pudimos ver las prensas hidráulicas que se utilizan para prensar la uva. Un proceso que dura unas 3-4 horas ya que se hace de forma muy lenta para que las semillas o granilla de las uvas no se rompan, ya que darían un gusto amargo al vino.
Tras el prensado se inicia el proceso de fermetación, en tanques de 15.000 L fabricados en acero inoxidable donde el ácido málico se transforma el ácido láctico.
De los tanques el vino pasa a las barricas. Estas bodegas tienen dos zonas bien diferenciadas. En la zona moderna, el almacenaje en barrica está totalmente automatizado y las barricas se dispone en celdas.
En la zona que data del año 1.800, la barricas se encavallan unas sobre otras de forma totalmente manual y artesana.
Y el envejecimiento del vino...veréis aquí unas botellas que tienen muchos años...tantos que para abrirlas hay que utilizar la técnica del degüelle aplicando un contraste de temperaturas al cuello de la botella para romper el vidrio y abrir así la botella:
Y como no...nos no podíamos perder la cata de estos vinos: olor madera, color cereza y textura con cuerpo, por su alto contenido de glicerina...excelente!
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